Recargando baterías.
Ayer me escapé de este enorme caos de sombras trazadas a escuadra e interminables prisas que es la ciudad, para adentrarme en el bonito país de redondeadas formas e infinita paciencia que es el campo.
Pasé del gris cemento al verde encina como color de fondo. Del calor sofocante y el olor a humo, a la brisa fresca y la fragancia de la menta. Dejé atrás el estruendo de coches, camiones y autobuses para sumergirme en el sonido del viento jugando en los chopos, el murmullo del río chapoteando entre las piedrasy el incesante canto del grillo.
Es en estos primeros días de junio cuando el campo presenta su mejor cara. Una escapada de una sola tarde, deja en mi memoria suficiente magia para aguantar una semana más de interminables días de ciudad.
Pasé del gris cemento al verde encina como color de fondo. Del calor sofocante y el olor a humo, a la brisa fresca y la fragancia de la menta. Dejé atrás el estruendo de coches, camiones y autobuses para sumergirme en el sonido del viento jugando en los chopos, el murmullo del río chapoteando entre las piedrasy el incesante canto del grillo.
Es en estos primeros días de junio cuando el campo presenta su mejor cara. Una escapada de una sola tarde, deja en mi memoria suficiente magia para aguantar una semana más de interminables días de ciudad.
2 comentarios
novalis -
Dias sin sol..
Marta -