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Que mienta si me muero

Autobus

Autobus Me gustaría escribir algo sobre autobuses, autobuses blancos de ruedas enormes que rugen al arrancar como si se quejaran de seguir vivos, autobuses rojos que atraviesan la ciudad sin pararse ni un segundo a contemplar lo solas que están las personas cuando están en medio de una multitud. Autobuses azules que te llevan a sitios en los que has estado mil veces y volverás a estar otras mil. Autobuses grises que te rescatan de la ciudad para dejarte en la montaña, o te rescatan de la montaña para abandonarte a tu suerte en la ciudad.

Autobuses de dos pisos que parecen sacados del TBO. Autobuses modernos que más bien parecen naves espaciales antiguas que autobuses nuevos.

Para mí los autobuses llevan escrita la palabra “libertad” en el techo, siempre que pienso en largarme y alejarme para estar tranquilo, la huida pasa por montarse en algún autobús que se aleja de la ciudad.

El ruido de una la puerta abriéndose con su silbido hidráulico, es una invitación de entrar para romper con todo. Una especie de sonido premonitorio que anuncia una huida. Es como el último rugido de la tormenta justo antes de que llegue la calma.

Nunca fui tan feliz como aquella temporada en que bajaba de un autobús para subirme a otro. Era imposible seguirme el rastro, los cogía al azar, sumaba las horas del reloj y ese era el anden al que me dirigía. Viajé y viajé por mi mundo hasta que de repente un día, a las 13:11, resultó que el número 6 era el que me llevaba de vuelta a mi ciudad. No le guardo rencor a aquél enorme cacharro gris, probablemente el autobús también soñaba con una vida mejor en la cual su ruta ni se acercaba aquí. En el fondo puedo comprenderlo, los dos fuimos víctimas del azar, y del imbécil que planifica las rutas.

3 comentarios

Lydia -

Sí, coleccionar viajes, que bien suena... ahora me apetecería uno bien fresquito
Besos :)

Cordelia -

Seguro que de pequeño tenías una colección de autobuses pequeños y ahora quieres colecionar viajes en autobús de verdad.

Beca -

a mi a veces los autobuses no urbanos me producen miedo, otras nostalgia y otras veces querría montarme en ese tren que me lleva lejos. me gusto tu visión autobusera
besos :)