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Que mienta si me muero

Los cinco finales de este viernes

Como últimamente entre el catarro, la vuelta a clase y que no salgo nada, estoy mas tonto que de costumbre (que ya es decir), no me he acordado hasta hoy de responder las cinco del viernes, que además hace tiempo que no contesto, así que ahí van estos cinco finales para cinco historias. Que conste que la idea me ha gustado mucho, lo de escribir historias con esos finales, me he extendido un poco y han quedado un poco absurdas, pero bueno, ya lo decía Holden Caulfield "A veces me da por hacer el indio".

1.- Froté la lámpara con fuerza durante unos segundos hasta que apareció un tipo azulado con un enorme bigote que me dijo, gracias por liberarme, ya tenía ganas de respirar aire fresco, ahí dentro huele a tigre. Yo creí que había sido suficientemente claro en mi deseo cuando dije, quiero volar libre como un pájaro, pero ahora, a unos cuantos cientos del suelo, donde me esperaba una muerte segura después de que el genio me hubiera arrojado desde un avión comercial, me dí cuenta que no debería haber confiado en él cuando dijo ...déjalo en mis manos.

2.- Me había quedado sin tabaco mientras deambulaba por las calles de mi ciudad buscando un bar donde comprar un paquete de Lucky, había pasado miles de veces por delante de aquél cartel que rezaba "El Vaticano", pero nunca lo había visto abierto, tal vez por eso, cuando llegué a la puerta no me decidía a entrar, pero el mono me empujó escaleras abajo con las monedas en la mano por si acaso. En cuanto entré, me di cuenta que el sitio no estaba nada mal, había una sospechosa mayoría de mujeres en el bar, pero estaba bien decorado, y la música era incluso soportable. En cuanto encendí mi primer cigarro me pareció una idea genial tomarme alli una copa, así que me senté en la barra y pedí un JB con cola, no lo había acercado a la boca cuando dos de las chicas del local me rodearon y me empezaron a decir cosas horriblemente bonitas al oido, yo que siempre he sido fácil de convencer y que estando borracho tardo unas dos horas en darme cuenta de las cosas, me dejé llevar. Desperté a las 10 de la mañana del día siguiente tirado en u callejón, sin cartera, reloj ni pantalones, y con el paquete de tabaco y el mechero en el bolsillo de la camisa, además de unas terribles agujetas en todo el cuerpo como si hubiera estado toda la noche haciendo ejercicio. Esa tarde cuando me encontré con mis amigos y me preguntaron donde demonios me había metido por la noche, todo lo que les dije fué: El Vaticano...no es lo que parece.

3.- Creo que no debería ser tan duro con ella ahora que está pasando por una mala racha en el trabajo y que sus padres estan en medio de la separación,se dijo. Creo que no debería haberme enfadado por esa chorrada de cena que canceló, la quiero, y en el fondo sé que es la chica perfecta para mi, creo que no debería ser tan egoísta, y sobre todo, creo que no debería pensar en estas chorradas mientras meo, que parezco sacado del "libro" de Ana Rosa Quintana...y se subió la cremallera.

4.- Hablar por hablar sonaba en la radio mientras el coche parecía deslizarse por las curvas de aquella inhóspita carretera secundaria, mi reloj de pulsera acababa de pitar indicandome que eran ya las tres de la mañana, cuando de pronto sentí que algo no iba bien en el coche, mi reloj volvió a pitar indicando las tres de la mañana de nuevo, y la radio se apagó sola. Justo cuando estaba empezando a sentir el pánico subiendo por mis ervios hasta mi cerebro, el coche se paró, no es que se calase, es que se paró en seco en medio de la carretera, y eso a 90 km/h es bastante raro. Una intensa luz lo inundó todo cegándome, y cuendo por fin pude ver algo, distinguí uns pequeñas figuras con enormes cabezas que se dirigían hacia mi puerta. Ni siquiera podía gritar del miedo que sentía. Los extraterrestres vieron mi cara de asombro y me preguntaron que me pasaba. Yo más tranquilo les expliqué que no estaba enfadado porque me hubieran parado el coche a 90 por hora con la consiguiente piña contra el volante, tampoco era por haberme jodido el Casio F91 regalo de mi novia con sus extrañas radiaciones, no era por haberme dejado medio ciego al dar las largas de la nave, lo que me jodía mas que nada, era que no me habían dejado escuchar el final de Hablar por hablar, y eso es algo que...no me había pasado nunca.

5.- Cuando mi vecino se compró un enorme coche americano para darme envidia, yo me compré uno mas grande aún, cuando el instaló una antena para televisión por satélite, yo robé el radioreceptor de Arecibo y lo instalé en mi patio trasero al grito de el mío es mas grandeeeeeeeeee. Cuando él apareció con una zodiac en el remolque de su enorme coche americano, yo me infiltré en la marina y me apropié del Juan Sebastian Elcano solo para joderle. Mi venganza estaba clara, así que viajé por todo el mundo en busca de una mascota increiblemente rara que él no pudiera conseguir, cuando llamé a la puerta de su casa para enseñarle mi Ornitorrinco albino de siete pies y tres colas con certificado de pedigrí, él se limitó a señalar el suyo, que nadaba en su nueva piscina olímpica y me dijo...y el mío es mas grande.

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