El vértigo de la felicidad.
El planeta dejó de girar un instante y todas las voces del mundo se unieron en una sola para gritar la palabra mágica.
Aquella palabra les había hecho correr y saltar, les había empujado arriba a veces y abajo otras. Era lo que les había obsesionado cada noche y lo que cada uno a su manera había estado buscando toda la vida.
Una sola palabra que daba sentido a la existencia de todos y cada uno de los hombres. Una palabra por la que miles de personas dieron su vida a manos de otros que quizá así la encontraron.
La Tierra se paró en ese momento, y todas las gargantas del mundo fueron una sola para que en cada valle, en cada ciudad o pueblo y en cada montaña se oyera un grito al unísono que dijera:
¡¡¡¡ FELICIDAD !!!!
Aquella palabra les había hecho correr y saltar, les había empujado arriba a veces y abajo otras. Era lo que les había obsesionado cada noche y lo que cada uno a su manera había estado buscando toda la vida.
Una sola palabra que daba sentido a la existencia de todos y cada uno de los hombres. Una palabra por la que miles de personas dieron su vida a manos de otros que quizá así la encontraron.
La Tierra se paró en ese momento, y todas las gargantas del mundo fueron una sola para que en cada valle, en cada ciudad o pueblo y en cada montaña se oyera un grito al unísono que dijera:
¡¡¡¡ FELICIDAD !!!!
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