Canciones que dicen cosas que no dicen nada.
Yo era como una de esas canciones de diez minutos que tanto me gustan. Me pasaba la mayor parte del tiempo dándole vueltas a ideas que los demás consideraban absurdas. Como en esas canciones, nadie me entendía demasiado bien cuando hablaba, y los que lo hacían, no sabían muy bien lo que había querido decir.
Yo no era un tipo aburrido, pero había que pasar tiempo conmigo y tener paciencia para darse cuenta de ello, como esas canciones que tienes que escuchar unas cuantas veces antes de enamorarte de ellas.
Ella era brillante y alegre como la mejor canción pop, y al igual que con ellas, bastaba escucharla tres un minuto para sentir que era muy especial. A todo el mundo le gustaba, y como buen himno generacional, los que no intentaban ser como ella, querían pasarse la vida a su lado. Todo el mundo hablaba de ella cuando no estaba, como se tararean las mejores canciones cuando no podemos escucharlas.
Ella era el With or Whithout de U2 y yo el Caramel de Blur, ella el Hotel California de The Eagles y yo el Paranoid Android de Radiohead, ella era el Weather with you de Crowded House y yo el Without you I'm nothing de Placebo, ella el Bonito es de Los Sencillos y yo La Copa de Europa de Los Planetas.
Ella era el mejor minuto del día, yo la peor hora de la noche, y por nada del mundo debería haberme asomado a sus ojos, pero no solo lo hice, sino que además caí dentro y no pude salir hasta que ella se fue con su música a otra parte, por cierto muy lejana. Pero lo que yo no sabía y ahora conozco, es que quien se enamora de ella queda marcado para siempre y nunca olvida que una vez bailó al son de sus canciones, y que en cuanto ella vuelva, volverá a hacerlo.
Yo no era un tipo aburrido, pero había que pasar tiempo conmigo y tener paciencia para darse cuenta de ello, como esas canciones que tienes que escuchar unas cuantas veces antes de enamorarte de ellas.
Ella era brillante y alegre como la mejor canción pop, y al igual que con ellas, bastaba escucharla tres un minuto para sentir que era muy especial. A todo el mundo le gustaba, y como buen himno generacional, los que no intentaban ser como ella, querían pasarse la vida a su lado. Todo el mundo hablaba de ella cuando no estaba, como se tararean las mejores canciones cuando no podemos escucharlas.
Ella era el With or Whithout de U2 y yo el Caramel de Blur, ella el Hotel California de The Eagles y yo el Paranoid Android de Radiohead, ella era el Weather with you de Crowded House y yo el Without you I'm nothing de Placebo, ella el Bonito es de Los Sencillos y yo La Copa de Europa de Los Planetas.
Ella era el mejor minuto del día, yo la peor hora de la noche, y por nada del mundo debería haberme asomado a sus ojos, pero no solo lo hice, sino que además caí dentro y no pude salir hasta que ella se fue con su música a otra parte, por cierto muy lejana. Pero lo que yo no sabía y ahora conozco, es que quien se enamora de ella queda marcado para siempre y nunca olvida que una vez bailó al son de sus canciones, y que en cuanto ella vuelva, volverá a hacerlo.
3 comentarios
Nimue y su kaos -
Luisa -
Marta -
de todos modos, siempre puede convertirse en un bonito recuerdo.