Canciones que dicen cosas que no dicen nada.
Yo no era un tipo aburrido, pero había que pasar tiempo conmigo y tener paciencia para darse cuenta de ello, como esas canciones que tienes que escuchar unas cuantas veces antes de enamorarte de ellas.
Ella era brillante y alegre como la mejor canción pop, y al igual que con ellas, bastaba escucharla tres un minuto para sentir que era muy especial. A todo el mundo le gustaba, y como buen himno generacional, los que no intentaban ser como ella, querían pasarse la vida a su lado. Todo el mundo hablaba de ella cuando no estaba, como se tararean las mejores canciones cuando no podemos escucharlas.
Ella era el With or Whithout de U2 y yo el Caramel de Blur, ella el Hotel California de The Eagles y yo el Paranoid Android de Radiohead, ella era el Weather with you de Crowded House y yo el Without you I'm nothing de Placebo, ella el Bonito es de Los Sencillos y yo La Copa de Europa de Los Planetas.
Ella era el mejor minuto del día, yo la peor hora de la noche, y por nada del mundo debería haberme asomado a sus ojos, pero no solo lo hice, sino que además caí dentro y no pude salir hasta que ella se fue con su música a otra parte, por cierto muy lejana. Pero lo que yo no sabía y ahora conozco, es que quien se enamora de ella queda marcado para siempre y nunca olvida que una vez bailó al son de sus canciones, y que en cuanto ella vuelva, volverá a hacerlo.
3 comentarios
Nimue y su kaos -
Luisa -
Marta -
de todos modos, siempre puede convertirse en un bonito recuerdo.