Prometo no volver a pensar en ti...
Pensé en piscinas vacías y árboles deshojados azotados por el viento. Pensé en lluvia sobre la playa, y en miles de intermitentes de coches a través de miles de parabrisas de otros coches. Pensé en sofás abandonados y en días de invierno en los que no se llega a ver el sol. Pensé en despedidas para no volver en la estación, y en casas derrumbadas por el tiempo. Pensé en el viento aullando en las rendijas de una ventana, y en polvo acumulándose en las estanterías de un viejo almacén. Pensé en alantarillas llenas de hojas, y en columpios rotos y oxidados. Pensé en carteles de conciertos del año anterior, descoloridos en las paredes. Pensé en el hombrecillo rojo de los semáforos, siempre diciéndole a la gente lo que no debe hacer, y en el hombrecillo verde, siempre en movimiento, sin un solo instante de descanso. Pensé en jardines abandonados, y estanques llenos de porquería. Pensé en todas las cosas tristes de este mundo, y me di cuenta que me identificaba con ellas mucho más que con las más alegres. Pensé en mi perpetuo estado de semi-depresión, y en todas las canciones que me gusta escuchar, pensé en los libros de mi estantería, y en todas las veces que me han dicho eso de "anímate, que pareces triste". Pensé en cómo serían las cosas si mi vida fuera un poco más alegre, si yo fuera un poco más alegre. Y no pude hacerlo, no conseguí verme riendo a todas horas, no pude imaginarme a mi mismo disfrutando los días soleados y lamentándome los lluviosos. No pude imaginarme corriendo por un parque, ni bailando en un bar. Por más que lo intenté no fui capaz de hacerme a la idea de pasar más tiempo viendo el vaso medio lleno que medio vacío, ni siquiera pude imaginarme cómo sería ver el vaso medio lleno.
2 comentarios
Anónimo -
beca -
besitos