Miedo
Las manos temblando sudorosas, la piel fría y pálida, escalofríos recorriendo la espalda, y esa extraña sensación de deja vu que siempre acompaña al miedo.
Incertidumbre, confusión y desorientación. He vuelto a sufrir otro de esos extraños ataques de pánico espontáneos que me dan de vez en cuando. Esta vez estaba en el coche, llegando a casa, tuve que detenerme, parar en un paso de peatones y poner los intermitentes, no me sentía con fuerzas ni para girar el volante. Diez minutos más tarde llegaba a casa ya mas calmado, pero con esa sensación en la boca del estómago que te dice que esto había pasado ya, que no lo habías dejado tan atrás como creias...
Supongo que es miedo de lo que pueda pasar el año que viene, estamos a final de curso, pero no uno cualquiera, es el último curso (aunque no para mí) y la mayor parte de la gente aaba la carrera y se vuelve a sus casas. Después de lo de Cuba, de los jueves de fiesta, de las tardes en el parque de La Candamia, de las cañas en los bares del barrio, y de todos esos cientos de pequeñas cosas que hemos compartido, me da bastante pena.
¿Qué será de mi el año que viene?, ¿tendré que dedicarme a estudiar de una vez por todas?, ¿no encontraré a nadie con quien irme de cañas un martes?.
Estas son las preguntas existenciales que me hago, el ¿de donde venimos? ¿adonde vamos? ¿nos llega para una cerveza?,y demás dudas filosóficas, las dejo para más adelante, para cuando me aburra lo suficiente pero no demasiado.
Incertidumbre, confusión y desorientación. He vuelto a sufrir otro de esos extraños ataques de pánico espontáneos que me dan de vez en cuando. Esta vez estaba en el coche, llegando a casa, tuve que detenerme, parar en un paso de peatones y poner los intermitentes, no me sentía con fuerzas ni para girar el volante. Diez minutos más tarde llegaba a casa ya mas calmado, pero con esa sensación en la boca del estómago que te dice que esto había pasado ya, que no lo habías dejado tan atrás como creias...
Supongo que es miedo de lo que pueda pasar el año que viene, estamos a final de curso, pero no uno cualquiera, es el último curso (aunque no para mí) y la mayor parte de la gente aaba la carrera y se vuelve a sus casas. Después de lo de Cuba, de los jueves de fiesta, de las tardes en el parque de La Candamia, de las cañas en los bares del barrio, y de todos esos cientos de pequeñas cosas que hemos compartido, me da bastante pena.
¿Qué será de mi el año que viene?, ¿tendré que dedicarme a estudiar de una vez por todas?, ¿no encontraré a nadie con quien irme de cañas un martes?.
Estas son las preguntas existenciales que me hago, el ¿de donde venimos? ¿adonde vamos? ¿nos llega para una cerveza?,y demás dudas filosóficas, las dejo para más adelante, para cuando me aburra lo suficiente pero no demasiado.
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