Blogia
Que mienta si me muero

De cebollas y montañas rusas.

De cebollas y montañas rusas.

Ella es normal, en el sentido más literal de la palabra, y yo pensaba que era lo que estaba buscando. Sabía que no podría pasar toda la vida con ella, pero pensaba que quizá podría pasar unos meses a su lado. Lo intenté todo, fui el más educado ser que jamás pisó la Tierra, estuve a su lado en los momentos malos, y no me colé en los buenos, solo acudí al ser invitado. Hablé con ella de cosas tan estúpidas que nunca las creeriais, recorrí varios cientos de kilómetros por estar a su lado, y lo que es peor, me obligué a mí mismo a ser simpático, a no ser borde, e incluso tuve que dejar la ironía.

Después decidí dar el paso para el que había estado haciendo toda esta mierda y le comuniqué de forma oficial y oficiosa (por triplicado y con sellos del ministerio y la Junta de Castilla y León) mis intenciones para con ella, para conmigo, y para con nosotros. Literalmente me mandó a la mierda, y no se qué fue lo que mas me dolió, si el hecho de que estaba tremendamente aliviado, o el hecho de haber perdido medio verano tratando de caerle mejor que bien.

Una semana y varios mensajes después ella decidió que no solo no quería dejarme en paz, sino que además iba a subir el nivel de tortura hasta límites casi inhumanos. Me dijo que tenía que hablar conmigo, y tras media hora de silencios y gemidos lastimeros, me comunicó de forma no oficial (sin triplicados ni sellos ni nada) que estaba colgada por mí (palabras literales) que le gustaba mucho , y que quería estar conmigo una temporada variable que va desde un mes hasta el resto de la vida (de la suya supongo yo).

- Esto lo haces por joder, simple y llanamente por joder- Exclamé yo terriblemente indignado.

- No nene, que de verdad te juro que no es por eso- Contestó ella con los ojos llorosos por la cebolla que estaba pelando a mordiscos.

- Si me vuelves a llamar nene voy a tener que explicarte por donde entran y por donde no entran las cebollas como la que estás pelando- Volví a exclamar aún más indignado.

- Vale, no te lo llamo más, pero quieres tema o no quieres tema.

Ahí es cuando se plantea el dilema, el nudo de la historia, este es el punto realmente importante, y si alguiren lo está leyendo que sepa que se podía haber ahorrado todo lo anterior. ¿Que hacer? Una semana antes yo le pedí exactamente lo mismo que me estaba pidiendo ella ahora, ¿debería aceptar?.

- Mira, lo siento mucho, pero creo que paso, en esta semana me he dado cuenta que me aburres soberanamente- Sentencié mesándome la incipiente barba, cual guitarrista del Canto del Loco.

- Eres un cabrón nene, y os van a dar por el culo a ti y a la cebolla, no comprendes lo enamorada que estoy- Gimió entre sollozos, ataques de hipo y alguna que otra arcada.

- Que te den, me piro que tengo que tricotar un jerseys.

Y fin de la historia, le digo que me gusta, me dice que me vaya a la mierda, una semana más tarde me dice que está colgada por mí, y tres segundos después le digo que ya sabe a donde se puede ir. ¿Extraño? Probablemente hace unos meses, pero mi vida este verano se ha vuelto un poco más interesante, por momentos casi se podría usar el topicazo de la motaña rusa para definirla, pero solo por momentos.

2 comentarios

Trantor -

La historia es verídica, y pensaba escribirla tal y como fue, pero las cebollas me pueden y no se escribir sin que acaben apareciendo.

Besitossssssssss

Marta -

Eso es verdad o ficción? pobre tipa :)
aunque siempre le puedes regalar una percha.

Besitos
Y perdona por la broma.