Necesito volver a estar solo.

Estoy harto de ti y de tu maldita manía de intentar hacerme opinar sobre todo. Harto de no saber nunca cómo librarme de tí sin herir tus estúpidos sentimientos.

Harto de que todos eviten hablar mal de ti en mi presencia, porque creen que me caes bien.

Odio esa horrible capacidad que tienes para hacerme sentir asquerosamente superior a tí, no lo soy, y nunca lo he sido, pero te empeñas en demostrarme lo contrario.

Yo era el hombre más feliz del mundo, hasta que llegaste tú e intentaste resolver todos mis problemas de un plumazo, sin darte cuenta que algunos ni siquiera pueden ser resueltos, y otros no puede resolverlos nadie excepto yo. No soporto oirte decir que quieres que estemos juntos, y que quieres estar conmigo, y que quieres que yo esté contigo. Tú ni siquiera sabes lo que es estar con nadie, excepto contigo misma, y ni siquiera creo que te soportes demasiado bien.

Nunca pensé que llegaría a decir ésto, pero lo único que quiero es que te olvides de mí, y sigas con tu estúpida vida, tus estúpidos amigos con nombre de Pokemon, y tus estúpidos discos de Melendi. Algún día, dentro de no mucho tiempo, no seré para ti más que el vago recuerdo que te trae una de sus canciones, y entonces por fin, podré descansar en paz.