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Que mienta si me muero

Caminos separados.

Caminos separados. Una gota se desliza por el cristal de la ventana como una lágrima resbalando por la mejilla de L.

La misma lágrima que se arrastró hasta sus labios dándole un sabor salado a aquél beso de despedida. La misma gota que colmó el vaso y dejó los trozos de lo nuestro esparcidos por toda la ciudad, la misma ciudad que nos vió pasear por sus calles cogidos de la mano, la misma mano que se agitó a modo de despedida diciendo que todo había acabado.

No me importó suplicarle que no se fuera, nunca he sido demasiado orgulloso. Le pedí que se quedase a mi lado al menos un par de días más, le pedí una explicación, le pedí otra oportunidad, le pedí que recordase los buenos tiempos; y finalmente le pedí que no mirase atrás al marchar, nunca me gustó que me vieran llorar.

"Compréndelo, he de seguir mi camino, y en este punto de aleja del tuyo."

Yo nunca entendí de caminos, supongo que ella tenía razón al decir que los nuestros se separaban. Ella siempre tenía razón, y si no la tenía nunca discutía. Yo solía decirle que estaríamos juntos para siempre porque nunca discutiamos, entonces ella se reia me decía que me quería mirandome a los ojos. Ayer me volvió a mirar a los ojos y me dijo te quiero de nuevo, pero esta vez sonaba a despedida y a dolor.

A veces la sorprendía con la mirada perdida en el horizonte y una expresión de infinita tristeza, como una de esas princesas de cuento encerradas en un torreón.
- En que piensas- decía yo.
- En nada- respondía ella, pero a través de sus enormes ojos grises se veían pasar nubarrones negros que se llevaban su sonrisa durante horas.

Nunca hablaba de su pasado, pero estoy seguro que esas nubes tenían mucho que ver con algo de lo que nadie querría presumir. Es increible cómo el pasado nos ataca una y otra vez tumbándonos en cuanto bajamos la guardia. La gente debería poder olvidar todas esas cosas que nunca quiso que sucedieran, todo sería mucho más fácil así.

Cuando los perros del pasado volvían parar ladrar a las puertas de L, parecía a punto de derrumbarse, pero era justo entonces cuando más fuerte se volvía y más decidida y segura actuaba. Quizá me dejó para enfrentarse a los fantasmas de su vida anterior y volverá cuando los venza, quizá me dejó para seguir huyendo de ellos, o quizá simplemente me dejó porque esperaba más de mi.

Yo nunca merecí estar con alguien como ella, así que no voy a lamentarme por haberla perdido, al fin y al cabo me habría destrozado algún día con sus enormes ojos grises.

5 comentarios

novalis -

me gusta la imagen, tienne unna aire de misterio a lo Tim Burton

T13 -

Trantor, como siempre tejiendo hermosos textos con los hilos de las más dulces palabras.
Besos.

Alejandra -

No sé por qué he recordado la historia de Alejandra y Martín, de 'Sobre héroes y tumbas', mi lirbo favorito. Tal vez es por "A veces la sorprendía con la mirada perdida en el horizonte y una expresión de infinita tristeza, como una de esas princesas de cuento encerradas en un torreón.
", o por "Nunca hablaba de su pasado, pero estoy seguro que esas nubes tenían mucho que ver con algo de lo que nadie querría presumir".

Muy buen relato, las circunstancias son una gran inspiración, verdad?

Besos!

Berk -

A mi también me has puesto los pelos de punta. Es muy emotivo esto que cuentas y como lo cuentas.
La verdad es que uno nunca tiene muy claro qué decir en momentos así. Casi lo mejor es ofrecerte un abrazo. :)

Saludos!

Rafis -

Apufff me has puesto los pelos de punta, se lo que es pasar por eso y ahora mismo tengo pareja y me da mucho panico solo pensar que me pueda pasar de nuevo, pero el destino es como es y nunca se sabe.animo que la vida da muchas vueltas y aprende de las experiencias.