Al fin por fin el fin.
Por fin se han acabado las fiestas patronales de la facultad, lo cierto es que lo he pasado en grande, pero el cansancio acumulado despues de cuatro días de turnos de barra, organizar juegos, salir por las noches, dormir poco y comer mal, ha acabado por destrozarme.
Ayer fue la fiesta grande, tras nueve horas seguidas sin salir de la carpa e inumerables barriles de cerveza cambiados, fiesta por todo lo grande en el barrio Húmedo. Antes de salir ya estaba física y mentalmente agotado, y toda la noche en pie tratando de abrirme paso entre la multitud de gente que abarrotaba los bares, acabó por hundirme del todo, y me sorprendí a mi mismo caminando por León a las ocho de la mañana entre gente que se acababa de levantar y gente que aún no se había acostado. De vuelta a casa me asaltó una vez más ese miedo anónimo que me acosa de vez en cuando, y acabé sentado en un parque tratando de recordar en que momento perdí el control de mi vida y en que momento mi mundo dejó de ser mío para pasar a ser el mundo de los demás.
Me arrepiento terriblemente de casi todas las cosas que hice ayer y peor aún es darme cuenta que no tengo nadie a quien pedir perdón por mi estúpido comportamiento más que a mi mismo.
Perdona R por haberte convertido en algo que quizá no querías ser, perdona porque me siento orgulloso de todo aquello que antes no querías tener, y perdona por haber perdido el control de todo lo que creias tuyo, he cogido tu vida y la he cambiado de tal forma que ahora no creo que puedas volver a donde estabas antes, ya es demasiado tarde y tu (yo) estás demasiado cansado de luchar contra la corriente que te arrastra hacia futuros inciertos de promesas de felicidad instantánea.
Estoy seguro que si me encontrase con la persona que yo era hace tan solo unos meses, no podría convencerle de que yo seré él al cabo de menos de un año.
Ayer fue la fiesta grande, tras nueve horas seguidas sin salir de la carpa e inumerables barriles de cerveza cambiados, fiesta por todo lo grande en el barrio Húmedo. Antes de salir ya estaba física y mentalmente agotado, y toda la noche en pie tratando de abrirme paso entre la multitud de gente que abarrotaba los bares, acabó por hundirme del todo, y me sorprendí a mi mismo caminando por León a las ocho de la mañana entre gente que se acababa de levantar y gente que aún no se había acostado. De vuelta a casa me asaltó una vez más ese miedo anónimo que me acosa de vez en cuando, y acabé sentado en un parque tratando de recordar en que momento perdí el control de mi vida y en que momento mi mundo dejó de ser mío para pasar a ser el mundo de los demás.
Me arrepiento terriblemente de casi todas las cosas que hice ayer y peor aún es darme cuenta que no tengo nadie a quien pedir perdón por mi estúpido comportamiento más que a mi mismo.
Perdona R por haberte convertido en algo que quizá no querías ser, perdona porque me siento orgulloso de todo aquello que antes no querías tener, y perdona por haber perdido el control de todo lo que creias tuyo, he cogido tu vida y la he cambiado de tal forma que ahora no creo que puedas volver a donde estabas antes, ya es demasiado tarde y tu (yo) estás demasiado cansado de luchar contra la corriente que te arrastra hacia futuros inciertos de promesas de felicidad instantánea.
Estoy seguro que si me encontrase con la persona que yo era hace tan solo unos meses, no podría convencerle de que yo seré él al cabo de menos de un año.
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